les enfants in temperley.
31.5.05
26.5.05
les enfants in la pampa
los niños pobres y mal alimentados no deben mostrarse en un desfile
Al final, en General Pico desfilaron chicos grandes y bien alimentados
La polémica decisión afectó a los más chicos, que no participaron del desfile.Alumnos gordos y flacos, pero los más grandes, desfilaron ayer en General Pico por el 25 de Mayo. En los actos centrales de la provincia de La Pampa quedó la sensación y la polémica de que la selección de los alumnos que desfilan por su condición física, es una preocupación metida en las escuelas por las autoridades.La polémica nació cuando se conoció una circular que recibieron las escuelas de General Pico para el acto del 25 de Mayo. Allí el Ministerio de Educación pedía a los directores que, cuando formaran la delegación de treinta alumnos para desfilar en el acto central, se eligieran a "los más grandes y mejor alimentados".La propia vicegobernadora de La Pampa, Norma Durango, criticó el contenido de la nota: "No la avalamos. Es una mala interpretación de una medida, darle una copa de leche antes de los actos a los chicos, incluida en las recomendaciones a los directores". Y se anunció un sumario a la coordinadora, Estela Torti, quien firmó la circular.Pero el Ministerio de Educación no fue ajeno al contenido de la nota: Torti dijo que antes enviar el texto a las escuelas pidió el visto bueno a las autoridades educativas.La mañana de ayer fue fría y seca en General Pico. A las 10, cuando las escuelas se concentraban para el desfile, apenas había unas pocas décimas sobre los 6 grados. El frío no aquietó a los alumnos más grandes, ya adolescentes, que alborotaron la Plaza San Martín. Algunos vestían pesadas camperas. Otros, pese al frío, sólo el delantal o un buzo.Por las directivas del Ministerio, lo más chicos se quedaron sin desfilar en General Pico. La excusa fue el frío. Pero en Santa Rosa, la temperatura era igual a la de General Pico, y allí sí desfilaron los más chiquitos: no sólo los de primer grado sino también los de jardín de infantes.Luego de las críticas de los funcionarios a la coordinadora Torti, un centenar de docentes la respaldó ya que hasta hace menos de dos años fue directora de una escuela. Unos 117 maestros la defendieron y revelaron que la selección de alumnos para los actos patrios es un mecanismo no escrito, pero vigente. "Tal vez su error haya sido sincerar lo que siempre se dijo pero nunca se escribió", dice la nota firmada por los maestros. Desde el propio gremio, UTELPA (Unión de Trabajadores de la Educación de La Pampa) también se dijo que el temor es "que se les desmaye un chico en el acto". "No es una manera de discriminación. Es una forma de tapar la realidad", dijo la docente Olga Reinoso cuando se conoció la polémica circular.Pero en el desfile, ni los delantales blancos taparon las diferencias. Los chicos de la escuelas más pobres, aquellas que según el locutor oficial recibían programas alimentarios y becas de apoyo escolar, lucían ropa más modesta y zapatillas de telas descoloridas.Entre el público estaba la directora de la escuela 237, Liliana Ríos, una maestra que hace dos años no llevó a sus chicos a la plaza de General Pico: entonces, la temperatura era de 10 grados bajo cero de sensación térmica y la escolta de la bandera apenas tenía una campera de lana. También algunos alumnos le dijeron que tenían hambre. Esta vez, su escuela se quedó afuera del desfile: "Ahora vengo como ciudadana. No sé por qué las escuelas tenemos que llenar los desfiles. Nos agarran para todo", dijo.
24.5.05
18.5.05
Continúa en Gran Bretaña la incertidumbre sobre el virtuoso pianista amnésico
Un mimo polaco había dicho que lo reconoció y que se trataba de un artista callejero francés de apellido Masson, pero la familia de éste lo desmintió.
En Gran Bretaña sigue la incertidumbre en torno a la identidad del misterioso ?hombre del piano? hallado amnésico en una isla del sudeste de Inglaterra, después de que se descartara una pista sobre su nombre. Un mimo polaco residente en Italia había dicho que reconoció al hombre, al que identificó como Steve Masson, y que había trabajado con él hacía unos años en la ciudad francesa de Niza. Pero la familia de Masson desmintió categóricamente, en declaraciones que reproduce la agencia efe, que éste fuera el joven hallado vagando por la costa con un traje, corbata y zapatos empapados, y de quien aún se ignora todo salvo que es un pianista virtuoso. Después de que la imagen del joven apareciera en diarios y pantallas de televisión y tras un llamado a testigos para identificarlo, las autoridades han recibido más de 500 llamadas tanto de Gran Bretaña como de otros países. El hospital de West Kent, donde está siendo cuidado el "hombre del piano" permanece prudente sobre cualquier pista. El misterio que rodea al sujeto, quien sólo se comunicó mediante un dibujo de un piano de cola que le sirvió para que le acercaran un piano en el que interpreta diferentes piezas con virtuosismo, se profundizó aún más tras saberse que todas las etiquetas del traje, la camisa la corbata habían sido retiradas. Un vocero del hospital confirmó que el hombre, que aún no ha pronunciado una palabra, había mostrado con el dedo una bandera sueca, al enseñársele un Atlas, aunque señaló que " no es claro lo que quiso decir con eso".
17.5.05
jamas
Jurarías por mi?
Te parece que valgo la pena?
Soy tan poco, tan poca cosa.
Una bestia abominable, rendido siempre a tu esplendor de sueño.
Soy cualquier cosa. No me quieres.
Crees en todo lo que digo, y soy la primer persona peor para confiar.
Por que no puedo conmigo.
Estoy tan alejado.
Después de todo, después que pase todo esto, volveré a mirarte con ojos impensados.
Y volverás a mirarme con tu cara de escarapela.
Me encantaria oír de tu boca aquellas palabras tristes para mi.
Pero no es todo lo que deseo en la vida.
El amor es una mujer gorda, y ella es viuda.
Me despierto a la mañana y ya no pensare igual, hasta que pasen las horas y cambien mi padecer.
Hasta que las horas me cambien, hasta que mi hora llegue.
Es imposible no anhelar. El paso del tiempo, los peldaños cruzados, que confunden si voy bien de rumbo, o si tengo que detenerme cada paso en la escalera, creyendo que voy hacia arriba y llego hasta el sótano. No hay grises recorridos en mi vida. Sin color, insoportable. Blancos, negros, blancos negros.
El blanco tiene todos los colores contenidos.
Todo salió mal
Tuve esperanzas y creí en el amor
Hace unos años ya y ella sigue inconsciente
Creía que me amaba tanto como me deseaba
Pero esto ultimo no fue así
Jamás sucedió.
la revolucion es un sueño eterno
?Estoy aprendiendo a escribir con la mano izquierda?, bromea Andrés Rivera Su ideario político, los nombres y teléfonos anotados con letra temblorosa que se ven sobre la mesa y el yeso que le cubre el antebrazo de la diestra dan cuerpo a la ironía del narrador, que anda contento porque éste es el último día de enyesado y entonces podrá retomar, lapicera en mano, la escritura de Al borde, la novela que ya tiene esbozada. ?Lapicera, no birome ?recalca?; como siempre, yo soy un tipo anacrónico y no manejo la computadora.?
Pero los lectores se encontrarán con eso allá adelante en el tiempo; hacia atrás está Agallas, un libro de cuentos que ya tiene terminado y se publicará a comienzos de 2006, y todavía más hacia atrás, hoy, está Esto por ahora, la novela que acaba de publicar. De ella habla aquí. Una serie de roturas, frustraciones, desgarros, muertes, que se detienen en sucesos puntuales a lo largo del tiempo componen Esto por ahora. +
?Este es un país de derrotas políticas, sociales, e incluso ideológicas ?dice Rivera?. ¿Qué se quiebra el 24 de marzo de 1976? ¿Y qué se reanuda con la elección de Néstor Kirchner como presidente de la República? ¿Tenemos un índice de 40 por ciento de desocupados? Entre los desaparecidos seguramente hubo un Borges, un César Milstein, un Antonio Berni. ¿Con qué se paga eso? Los diarios hablan del crimen del Museo Metropolitano; esa casa fue de la familia Anchorena. Tomás de Anchorena fue consejero áulico de Juan Manuel de Rosas. Hoy tenemos al señor Macri, que tiene pretensiones políticas. Y al señor Ricardo López Murphy; lo vi en el debate con el canciller Rafael Bielsa y me dio la impresión de que estaba frente a un Adolfo Hitler que hablaba de educación. Este es el país que tenemos.?Se trata, tal vez, de la novela más íntima de Rivera, que pone aquí nuevamente en escena a Arturo Reedson ?su alter ego, ha dicho? y a Daiana y Lucas, los marginales ?hijos de policía retirado por gatillo fácil? que lo mataron por zurdo. Esto por ahora: los jóvenes perversos, obsesionados por el dinero, inescrupulosos y a la vez condenados (aquellos de Cría de asesinos), y los recuerdos de Arturo Reedson.
Rivera evoca una marcha de comunistas, socialistas y anarquistas por Diagonal Norte en 1937, cuando tenía nueve años y la consigna era aquel No pasarán, la defensa de la República Española, y la figura de su padre, secretario general del Sindicato del Vestido. Y evoca el día del bombardeo a la Plaza de Mayo en 1955, cuando él mismo era delegado de una fábrica en Villa Lynch y estuvo dispuesto, junto a otros trabajadores, a tomar las armas, hasta descubrir la traición y la huida de un gremialista peronista. Y evoca un diálogo de 1977 en La Ideal con un compañero y amigo que pocos días después sería rodeado y asesinado por el Ejército. El tono inconfundible y singular de la escritura de Rivera, ese vaivén de sucesivas olas sobre el borde de la playa, es el que suena en casi todo el libro. Dos excepciones: las cartas que Natalia Duval ?es sencillo ver en ella a Susana Fiorito, la compañera de Rivera? le escribe a Reedson, y los tramos del diario que dan cuenta de la muerte de su madre. En estos dos tramos, además, aparece Jorge, el hijo de ambos; Rivera cree que es la primera vez que lo incluye como personaje. ?Trabajé sobre elementos reales ?dice?. A esas cartas y al diario, que son verdaderos, traté de darles un tono de ficción. No conozco una obra de ficción que se precie de tal que no tenga una carga autobiográfica.? ?Usted abre uno de los capítulos con una cita de Philip Roth: ?Escribir te convierte en alguien que siempre se equivoca?. ¿Cómo se aplica eso a su propia obra?
?Si yo hoy tuviera tiempo escribiría de otra manera La revolución es un sueño eterno. No es exactamente que me equivoqué, pero creo que hoy emplearía otro tono para Juan José Castelli, el doctor Cufré y el conjunto de esa novela. Si se quiere llamar a eso equivocación, bien. Este es un oficio que no se termina nunca de aprender. Philip Roth, que para mí es un muy buen escritor, es tal vez demasiado modesto: debe haber nacido en el Bronx, o cosa por el estilo. Y además tiene esa característica de muchos judíos, que responden siempre con una pregunta y que fingen ser masoquistas.?Hay una disonancia muy fuerte entre el tono de toda la novela y el capítulo de la muerte de la madre.
¿Por qué eligió contar con esa distancia, casi desapasionadamente?
?En primer lugar, yo he seguido durante mucho tiempo una recomendación de Césare Pavese: escribir en primera persona. Luego apelé a un recurso que ha sido desechado por muchos escritores, el diario. Me pareció pertinente usarlo para ese capítulo. Yo llevé un diario sobre la internación de mi madre, pero no como aparece en la novela: añadí y quité cosas. Anotaba temperaturas, lo que anotan las enfermeras cuando recorren la sala, y algún comentario mío sobre tal médica o médico.
?¿Pero por qué la distancia justamente en ese capítulo? ¿Su madre murió en 2002, tal como aparece en la novela?
?Sí, lo tengo ahí anotado. No es fácil hablar y escribir acerca de la muerte de la madre de uno, porque en definitiva... Esa mujer concibió a un ser humano durante nueve meses. Y cumplió con esa suerte de proverbio que dice que los hijos entierran a la madre. No me gusta el oficio de enterrador.
?¿Llora usted?
?No recuerdo la última vez que yo lloré. Realmente, no recuerdo. No lloré cuando murió mi hijo mayor; no lloré, obviamente, cuando murió mi madre. Me emocioné, sí, cuando vi por televisión ese desfile que hubo en el Moscú de Putin, cuando pasaron otra vez, vestidas como en 1945, las tropas del Ejército Rojo, con la bandera, la hoz y el martillo. Ahí me emocioné, tal vez se me nubló la vista, pero no lloré. No es porque sea un tipo curtido: qué pasa si un hombre llora. Lo otro es puro tango. Creo que hay uno que dice que un hombre macho no debe llorar; los tangos tienen muy buena letra, pero esa es una letra machista.
12.5.05
jazz, radio y Leica
Leica, el fabricante de la cámara analógica que en los años 20 revolucionó la fotografía y que utilizaron célebres fotógrafos, corre peligro de muerte. La marca alemana paga el precio de una llegada tardía al mercado digital.
Hay quien la llama "el Rolls de las cámaras". Para otros, como el legendario Henri Cartier-Bresson, recientemente fallecido, era una prolongación del ojo. Tal vez, como decía una vieja publicidad, Leica es "más que un nombre". "Más que una cámara", podría decirse. La cámara portátil inventada a principios de siglo por Oskar Barnack, ingeniero en una empresa óptica en el oeste de Alemania, contribuyó al nacimiento del reporterismo gráfico y a masificar una práctica que, hasta entonces, era cosa de elite. En pocos años, se convirtió en objeto de culto. Ahora, cuando se cumplen 80 años de la presentación de la Leica I, la primera cámara que salió al mercado, la firma se halla en una situación crítica. Pérdidas millonarias, derrumbe de las acciones en la bolsa, acreedores decididos a cerrar el grifo... El mito de la Leica está vivo y los miles de coleccionistas capaces de dejarse el sueldo en un ejemplar rarísimo dan fe de ello, pero la marca corre el riesgo de quedar en eso: más un mito que una marca competitiva en el mercado. Una marca en declive El viernes, el consejo de administración de la empresa, propiedad en un 31,5 por ciento del grupo francés de productos de lujo Hermès, adoptó un plan que el 31 de mayo presentará a los accionistas para salvar el negocio. El mismo viernes, Ralf Coenen, presidente de la compañía desde enero, abandonaba el cargo, sin que se difundiesen los motivos. "No tenemos dificultades de pago, de liquidez", dice desde Solms, desde el pueblo donde se encuentra la actual sede de la empresa. El portavoz de Leica, Gero Furchheim añade: "Creemos que superaremos las dificultades económicas". Nadie niega las dificultades a las que se enfrenta esta sociedad, que salió a la bolsa en el año 1996, donde no ha dejado de perder valor desde entonces, y que en los últimos años ha eliminado más de un centenar de empleos. Los más pesimistas temen que la empresa, que cuenta con 1.296 empleados, desaparezca. ¿Cómo ha llegado una marca de lujo a este declive? ¿Acaso no siguen los mejores fotógrafos del mundo apreciando la Leica? Hay motivos inmediatos para la crisis, como la alta cotización del euro, que encarece las exportaciones. Pero existe una causa más profunda. Leica llegó tarde a la última revolución que ha vivido la fotografía: la introducción, en la pasada década, de la tecnología digital. Una tecnología democrática, que permite al usuario ver sus fotos de forma inmediata, en una pequeña pantalla, sin esperar al revelado. Mientras que fabricantes japoneses como Canon o Nikon se lanzaban sin titubeos a la fotografía digital, Leica, más prudente y también más pequeña, tenía dificultades para abandonar la tradicional fotografía analógica, y tardaba en desembarcar en un mercado que ya estaba ocupado. A Axel Rosswog, empresario alemán de 64 años, nunca se le ocurriría comprarse una Leica digital. Y no por falta de amor a la marca. Su esposa, explica Rosswog, sí utiliza cámaras digitales, pero japonesas. Él sólo utiliza Leicas. Pero todas analógicas, claro. "Las colecciono desde 1979. En 1978 me compré mi primera Leica. Siempre me había querido comprar una, pero era demasiado cara. Para permitírsela, uno debía tener el sueldo de un empleado cualificado. La Leica tenía una aureola... duraba toda la vida", dice Rosswog, quien preside Leica Historica, una asociación que reúne a medio millar de coleccionistas alrededor del mundo. "Desde joven quería una Leica. Primero quise una antigua. Era una maravilla mecánica. Después quise otra. Y con el tiempo llegué a tener unas cuantas", prosigue. ¿Cuántas? "Tengo 55 Leicas. Pero algunos tienen muchas más. Mi colección es pequeña. Hay gente que tiene dos casas familiares y una sólo es para cámaras. Yo no llego tan lejos". Rosswog es uno más entre los miles -desde ilustres fotógrafos hasta simples aficionados- que han quedado fascinados por las viejas Leicas, cámaras que no cuestan menos de 2.000 euros y, en algunos casos, pueden llegar a los 22.000. Que Leica sea un mito y despierte tales pasiones se explica, a parte de por su precisión mecánica y su diseño, porque protagonizó la que fue la primera revolución de la fotografía: el paso de una cámara lenta y pesada, difícil de transportar, al pequeño aparato portátil que permitía tomar varias fotos en pocos segundos. Oskar Barnack (1879-1936), ingeniero en la firma Ernst Leitz, situada en la localidad alemana de Wetzlar, era aficionado al cine y a la fotografía. Algunos historiadores mencionan que el ingeniero era asmático y estaba harto de arrastrar en sus excursiones fotográficas los aparatos de la época, lo que le incitó a buscar una solución más ágil. En 1914, cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Oskar Barnack inventó la primera Leica, la llamada Ur-Leica (Leica primigenia), su primer modelo de pequeño formato. Tuvo que pasar un década para que la cámara se empezase a comercializar. El pequeño formato era la principal novedad. Se ha dicho también que Barnack fue el primero en utilizar el rollo de película de 35 milímetros, que permitía hacer fotos en serie en vez de sacar y meter las placas una vez tomada la imagen. En un artículo incluido en Leica. Positionen der Markenkultur,un libro sobre las claves del éxito de la marca, el periodista alemán Hans Michael Koetzle matiza esta versión. "Un tal doctor Alberto Lleó, de Barcelona, registró en Londres la patente de una cámara estática de 35 milímetros en 1908", escribe Koetzle, quien a su vez cita un ensayo del especialista en fotografía y coleccionista Thurman F. Naylor. Fuese quien fuese el verdadero inventor del formato, fue el ingeniero Barnack quien presentó la primera cámara pequeña fabricada a escala industrial, en la Feria de Leipzig, en abril de 1925. La llamaron Leica: las primeras sílabas del fabricante, Leitz, y de la palabra cámara. Jazz, radio... y Leica El éxito llegó pronto. La Leica llegó en el momento adecuado. Era la cámara de la era del jazz, la radio y el cine. Para los artistas plásticos era un instrumento fácil de manejar. No es casualidad que lo utilizaran algunos miembros de la Bauhaus, el movimiento que nació en la misma República de Weimar donde se inventó la Leica. Sin la Leica no existiría el fotoperiodismo tal como se entiende hoy día. Con la pequeña cámara, la fotografía se emancipó de los estudios. "Finalmente podía reaccionar con mi cámara tan rápido como con mis sentimientos, sin perderme nada, sin que la técnica sea un obstáculo. De repente sentí que podía expresarme en libertad", escribió en 1928 el fotógrafo André Kertész tras adquirir su primera Leica. Leica era un emblema de la capacidad tecnológica alemana. "Si miramos la calidad, por ejemplo, de la M3, de 1954, se ve bien que es lo que entendemos por made in Germany", comenta Axel Rosswog. Las turbulencias por las que pasa Leica también tienen mucho que ver con el declive de ese made in Germany, paralelo al bajón económico y a la aparición de competidores que fabrican igual de bien y más barato. ¿Todo perdido? No. Quedan las cámaras antiguas que circulan por el mundo. Y los actuales responsables de Leica confían aún en salvar la empresa. Sea como sea, para los aficionados a la cámara, como Rosswog, que la empresa deje de existir o sobreviva tendrá pocas consecuencias. Lo que a él, y a otros, le interesa no es tanto la marca actual, que pugna por hacerse un hueco en el mercado digital, sino el mito.